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YA A LA VENTA da clic!

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La amenaza de las sombras

sábado

Varias noticias desde Meira


Zona fan, dibujo y relato ganador del concurso de Hijos del dragón 4 que organizó la autora.

Ganadoras, Alexia y Beatriz Gonzalez:


La noche de Yue

Yue dormía a los pies de la cama de su amiga. Por fin parecía tranquila, pensó el pequeño gatito. Se había llevado un buen susto hacía un rato, cuando despertó asustada y sin reconocer a sus amigos humanos. Estiró sus patitas blancas y subió por la cama hasta enroscarse tras su espalda. Menos mal que el muchacho la había curado, le había dado lo que fuera que había en el frasco pequeño que estaba en la mesilla y ahora dormía profundamente.Él aún recordaba como ella lo había salvado, asustado y perdido, en el bosque, donde lo habían acorralado los tres perros malvados. Y lo había llevado a lugares increíbles. Miró somnoliento el colgante que su amiga siempre llevaba. ¡De él salía un dragón, Xiao Long! Un precioso dragón que la cuidaba cuando él no podía. Se lo había dado su amigo humano. Ronroneó feliz de pensar en lo maravilloso que era todo, amigos, comida, hadas a las que perseguir…. Nada podía ser mejor. Cerró los ojos y se regaló a la deliciosa tarea de dormir.Una leve corriente de aire, casi un suspiro, le rozó una de sus blancas orejillas, incomodándolo. Casi creyó haberlo imaginado, cando el crujido de unos sigilosos pasos le confirmó que en el dormitorio había alguien más. Sus almendrados ojos revisaron centímetro a centímetro la estancia, y no se le escapó una pequeña corriente bajo uno de los tapices. Sin moverse ni un milímetro, aguardó el siguiente movimiento del intruso. ¿Seria ese traidor del que habían hablado con su amiga los otros chicos, entre susurros? No le permitiría que la dañara. Por nada del mundo.El tapiz se deslizó lentamente por la pared, y una figura oscura surgió del pasadizo. Yue se enfureció, y de no ser por su instinto cazador, habría saltado sobre ella y clavado sus pequeñas y afiladas uñas en su cara. El pequeño gatito se percató de que fuera quien fuera, ocultaba su rostro bajo una capucha, porque ni su vista felina distinguía su rostro, y sus movimientos eran lentos, precisos, porque sabía dónde estaba y lo que buscaba. El intruso se acercó a la cama y él ya no pudo contenerse más y alzó la mirada. Toda su tensión se esfumó. Era uno de los amigos de ella. Que tonto y susceptible que era. Seguramente por el susto de antes. Ronroneó y se estirazó, para llamar su atención, y él acercó su mano y le acarició la cabecita, llevándose un dedo a los labios indicándole que no hiciera ruido. Yue le indico que le había entendido enroscándose de nuevo junto a su amiga y volviendo a cerrar los ojos, cuando el sonido de un cajón al abrirse le hizo volver a enderezarse. ¿Qué hacía? ¿Curiosear? ¡Hasta un gatito joven como él sabía que eso no estaba bien! Y la sangre se le heló cuando vió que cogía el frasquito con el líquido blanco, ¡el líquido que le quitaba el dolor y el miedo a su amiga! Y ese maravilloso y fuerte y mágico Xiao Long, ¿se puede saber dónde estaba?, ¿no se suponía que debía salir para protegerla? ¿De un amigo? Se sintió desesperado.Cuando se quiso dar cuenta, él ya salía por el pasadizo, con el frasquito en su poder, y él no sabía qué hacer. Sin pensarlo más cogió el medallón y lo tiró al suelo, haciendo salir al Xiao Long, y sin saber muy bien si le entendía, se dirigió a los pasadizos, seguido por él. El rastro era como una línea de color, que le indicaba por dónde pasaba el ladrón, una línea de color granate, en la que estaba muy concentrado, con todos sus instintos alerta. Xiao Long lo seguía de cerca, y pronto encontraron la estancia a la que se dirigía. La persecución y el enfado hicieron que Yue no tuviera miedo, y se plantó ante el ladrón, con su pequeño lomo erizado. Y el Dragón rugió tras él, irrumpiendo en la oscuridad.La sorpresa hizo que el traidor se girase sobresaltado, y de sus manos escapó el frasquito de su amiga. Yue abrió los ojos desmesuradamente cuando lo vió saltar por el aire, y flexionando las patas traseras, se lanzó hacia su pequeño objetivo. Lo atrapó y cayó de pié. Cuando puso a salvo su precioso trofeo se encaró de nuevo al amigo malvado. Éste no sabía que hacer no esperaba que Yue lo siguiera, pero que Xiao Long saliera del medallón complicaba mucho las cosas. Se acercó a Yue lentamente, susurrando palabras que se suponían debían calmarlo, estaba claro que no sabía que los gatos no saben hablar humano, así que no entendía lo que decía, y su enfado impedía que el tono empatizara con él. Justo cuando iba a rozar su blanco pelaje, una de sus patas salió disparada como un resorte y le arañó en la muñeca. Él apartó la mano, y la alzó para golpearlo, pero el rugido del dragón lo frenó. En la pagoda estaban todos dormidos, no tardarían en aparecer si la situación no cambiaba. Trató de fintar para esquivarlo y recuperar el frasquito, pero Yue volvió a arañarlo y se vió acorralado por el gato y el dragón. Xiao Long pareció en ese momento cansado de su papel de segundo, y dio un paso hacia delante. El traidor retrocedió, y entendió que Draguilla entera aparecería en la estancia antes de que pudiera recuperar el frasco con la poción y salir de allí. Del bolsillo de la túnica que lo cubría sacó una esfera y en un rápido movimiento abrió un portal y desapareció. Yue casi lo sigue, lleno de rabia. Traidor cobarde, pensó. Pero Xiao Long lo detuvo. Debían devolver el frasquito a su sitio. Y buscar un modo de desenmascarar al traidor. Esto no debía quedar así.Pensando en lo que le haría la próxima vez que lo viera, Yue cruzó de nuevo los pasadizos, y llegó a su dormitorio. Xiao Long no volvió al medallón, Se sentó ante el tapiz, con los ojos fijos en la puerta. Yue dejó el frasco en su sitio y volvió a la cama. Se hizo un ovillo en el cuello de su amiga, no se separaría de ella hasta que se hiciera de día. Arrullado en su calor, se durmió agotado.Cuando el amanecer llegó a la pagoda, Xiao Long volvió al medallón, y antes de que el sol entrara por la ventana, el muchacho que siempre iba con ella vino a verla, y al verla aún dormida, la dejó un rato. Minutos después, ella abría los ojos y sonriendo feliz lo miró. Yue la miró fijamente, a milímetros de su rostro, y supo que siempre sería su amiga, y que se enfrentaría mil veces a mil traidores por ver la sonrisa que veía en este momento. Enterró la cabeza bajo su barbilla y ronroneó feliz. - Que bien que vives pequeño.- le murmuró su amiga- Ajeno a todo y sin preocupaciones. Haces bien. Yo siempre cuidare de ti.Yue no entendió sus palabras, por supuesto, pero sí su tono, y una mueca de contrariedad pareció surcar su pequeño y blanco rostro, lo que hizo que su amiga riera feliz. Si yo te contara… pensó, mirando el medallón donde dormía Xiao Long. Si yote contara….



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